Yerro, luego existo

Primer post del blog: Yerro, luego existo
Nebulosa de Orión. NASA, ESA, Robberto M. (Space Telescope Science Institute/ESA) y el equipo del proyecto Orion Treasury del telescopio espacial Hubble (2006). https://esahubble.org/news/heic0601/

El inconformismo hace que me cueste trabajar para mí, es por eso este sitio ve la luz años después de ser planeado. Una miríada de bocetos campan por mis discos duros, son legión, y es más, parecen reproducirse multiplicando de manera exponencial posibilidades y soluciones.

Qué le vamos a hacer… He elegido un oficio en el que dar rodeos te lleva a lugares fascinantes, un quehacer ni arte ni ciencia, racional y pasional, que entre pruebas y errores, ocasiona aciertos.

En uno de esos bocetos un autorretrato desenfocado ilustraba esta web. Un día poco propicio, nublado, impidió lo que la naturaleza técnica dicta a la cámara, disparando cuando no debe y fuera de foco, capturando un error nebuloso.

Esa nebulosa siempre me ha acompañado, desde mis primeros años, cuando, para enfado de muchos, rascaba los pasillos de casa en un estado de regresión rupestre, pintaba la totalidad del pupitre con motivos geométricos o construía engendros mecánicos con piezas y tornillos de mi padre.

El error nunca pasa de moda, aunque a nadie le guste, pero reconozco que forma parte del método; como afirma el aforismo oriental, para ver algo de luz necesitamos venir de la oscuridad, a veces, tropezando con algo, justo en la espinilla.

Es posible que la máquina de fotos captara lo que yo quería que captase. Preguntándose qué pienso, qué medito, en qué encrucijada estoy, su algoritmo de enfoque predictivo se muestra incapaz, lo intenta una y otra vez para, finalmente, agotado, liberar una imagen prosaica.

En esta web puedes ver cosas ‘nitificadas’ en esa errática nebulosa.

Quiero agradecer —y mucho— la paciencia y confianza de las personas junto a las que, con mirada inteligente y oficio, he intentado clarificar necesidades difusas.

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